lunes, 3 de noviembre de 2008

Vente

Las nubes se disipan y dejan ver un cielo azul, tan azul que hace que la voz de Carlos Chaouen parezca aun más calida y serena. ¿Nunca habéis sentido que el verbo cantar se queda corto ante una canción?

El sol se refleja en la espesura de lo verde, tanto que apenas noto el espeso asfalto que surge en medio de este lugar, que no debiera ser muy diferente a lo que muchos imaginan como edén. ¿Qué es el paraíso, si no poder admirar la naturaleza sentado en un sillón, con una cerveza de espuma asombrosamente esponjosa y un hilo musical tan duro como la realidad? Sin duda este es mi paraíso, aunque aquí, aun estando en un estado casi de felicidad absoluta, brotan diversos pensamientos que me devuelven a la realidad; y es que sigo en mi trinchera, corazón.

Aquí sigo en mi trinchera, y no hay mas vallas que las rayas que me impiden acercarme, no hay mas lindes, ni habrá tildes que se escapen a la pluma, toco mi espalda y me desespera tener clavada esa lanza, y es que esperar no es nada si no tienes esperanza.


De momento sigo esperando, no sé si se acerca la frontera o soy yo que sigo andando.

Quiero pensar que es lo segundo y que cada día estaré más cerca.


No hay que desaprovechar las casualidades, los giros del destino que hacen que vuelvan ilusiones olvidadas, mis movimientos serán sutiles pero perceptibles; mi trinchera ya se abre, si quieres entrar no hace falta preguntar.


Vente

3 comentarios:

Alba dijo...

Si es que las trincheras no sirven para nada... En toda guerra acaban por caer

Anónimo dijo...

significa lo que mi sentido comun me dice que significa? cafe mañana, miercoles batas, jueves ross
pinta bien la semana

Unknown dijo...

Y yo ahora he descubiero "Buenos aires"